Música son sus ojos.
Su cabello lo mece la melodía de su piel impregnada en silencios blancos, sonrisas.
5 líneas bailan el compás de sus suspiros, su aliento.
La clave, el sol.
Suenan violines cuando camina y cuando duerme la orquesta de su subconsciente canta sueños en voz baja.
Su canción aún está por componer, apenas se escucha.
Afina mis cuerdas vocales, que no me sale tatarearte un te quiero ni entonarte que te necesito. Desafino. 1,2,3. Música eres tú.